1. Factores de riesgo de violencia doméstica y de género
2. Valoración del riesgo
3. Los aspectos de sexo y género en la valoración del riesgo
4. Plan de seguridad
5. Habilidades de comunicación para la valoración del riesgo
6. Instrumentos de valoración del riesgo
Referencias
Introducción
Te damos la bienvenida al Módulo 5: «Valoración del riesgo y plan de seguridad». En este módulo, estudiarás los aspectos fundamentales de la valoración del riesgo y del plan de seguridad. Aprenderás a identificar los factores de riesgo asociados a la violencia doméstica y de género1 y a cómo gestionar adecuadamente la evaluación, teniendo en cuenta las dinámicas de sexo y género durante todo el proceso. Te plantearemos una serie de estrategias para la elaboración de los planes de seguridad y te explicaremos las habilidades de comunicación esenciales durante el proceso de valoración del riesgo.
Objetivos formativos
+ Aprender a gestionar una valoración del riesgo integral.
+ Identificar e integrar las dinámicas de sexo y género en la valoración del riesgo.
+ Diseñar estrategias para los planes de seguridad de las víctimas.
La valoración del riesgo es un proceso que aúna una serie de estrategias y medidas de colaboración que tienen como objetivo proteger la integridad de la víctima/sobreviviente, independientemente de la edad, y prevenir que ocurran más actos de violencia.2 La gestión del riesgo incluye medidas como facilitar el acceso a servicios de apoyo, buscar asesoramiento de otros servicios y reevaluar el riesgo de forma periódica.3 Por último, no podemos olvidar la importancia de elaborar un plan de seguridad cuando la víctima revela que ha sufrido violencia doméstica y de género. En el caso de España, se recoge en la aplicación del Sistema VioGén como Plan de Seguridad Personalizado (PSP).
Hay una serie de medidas asociadas a la gestión del riesgo que se deben tener en cuenta como, por ejemplo4:
- Actuar rápido ante una amenaza inminente.
- Elaborar un plan de seguridad que considere a los y las menores.
- Comunicar a la víctima las alternativas disponibles y derivarlas a los servicios pertinentes.
- Hacer reevaluaciones de forma periódica y seguimientos para predecir escaladas de violencia.
- Colaborar con otros servicios facilitándoles la información pertinente.
Ten presente que las víctimas de violencia doméstica y de género pueden pertenecer a cualquier contexto social, cultural, económico y religioso, independientemente de su edad, género y orientación sexual, inclusive las personas con diversidad funcional. Afecta a personas de todos los contextos socioeconómicos y niveles educativos. Es importante entender que NO existe la «víctima prototipo».
Existen una gran cantidad de estadísticas que presentan a la mujer como víctima dentro de una relación heteronormativa. Esto no excluye que cualquier persona pueda ser objeto de malos tratos: hombres, menores, personas con diversidad funcional y personas no binarias. Esto también se aplica a las personas agresoras. Consulta el Módulo 1 para más información sobre las personas agresoras.
1. Factores de riesgo de violencia doméstica y de género
Es importante identificar los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de que se cometa un episodio violento.6 Esos factores pueden ser de carácter psicológico y psicosocial, y están asociados a tanto de la víctima como de la persona agresora. Además, también están ligados a las dinámicas de poder entre ambas partes de la relación.7 Es importante puntualizar que esos factores no son causales.8 Entender los factores de riesgo es una parte importante para dar una respuesta apropiada cuando la víctima revela los hechos.9 Los factores de riesgo no son desencadenantes directos de la violencia doméstica y de género, sino que la favorecen. Es fundamental recordar que estos factores conforman una maraña de hilos que interactúan entre sí. Sin embargo, la presencia de algunos factores de violencia doméstica y de género no implica que sean la causa de la misma.
El análisis de los factores de riesgo asociados a la violencia doméstica y de género a menudo se basa en el modelo ecológico de Bronfenbrenner10. Este modelo divide los factores entre individuales, relacionales, comunitarios y sociales. Hay factores que aparecen de forma consistente en diferentes estudios, mientras que otros dependen del contexto y varían entre países, regiones y zonas (rurales y urbanas).
Factores de riesgo generales:
Haz clic en las cruces de la imagen para saber más.
Indicadores de riesgo alto18: · Cambio repentino de la conducta de la persona agresora: «De repente ya no es la misma persona que antes». · La víctima te comenta: «Me da escalofríos», «Hay algo en su mirada que me inquieta». · Violencia animal hacia las mascotas. · Drogodependencia. · Estrangulamiento. · Embarazo. · Separación y divorcio. · La víctima ha iniciado una nueva relación. · La persona agresora ha perdido la custodia. · Quebrantamiento de una orden de alejamiento. |
Dificultades en los casos de violencia doméstica y de género de alto riesgo19
- La persona agresora y la víctima tienen hijos/as en común.
- La persona agresora recurre a la red familiar y a las amistades de la víctima como instrumento para obtener información y presionarla.
- Las leyes de protección de datos que limitan la intervención profesional.
- La falta de información y la protección con impedimentos para la víctima tras el cumplimiento de la condena.
Aunque hay una serie de factores de riesgo comunes a las formas de violencia doméstica y de género, también hay factores específicos dependiendo del contexto.
Factores de riesgo específicos: violencia tras la separación
Existe la falsa creencia de que una vez termina la relación, la violencia también. Sin embargo, en muchos casos ocurre justo lo contrario. En vez de desaparecer o disminuir, la violencia aumenta y se vuelve más severa tras la separación. Esto significa que muchas víctimas vuelven a sufrir episodios violencia doméstica y de género tras salir de la relación.20 Los datos muestran que las personas que ejercen violencia doméstica y de género lo hacen de forma reiterada. Las estadísticas de criminalidad internacional apuntan que la tasa de reincidencia es de un 15-60%.21,22
La violencia tras la separación es un patrón de tácticas de intimidación persistente y consciente dirigidos a la expareja tras la separación. En líneas generales, el objetivo es mantener y reforzar el desequilibrio de poder ya existente en la relación.23 La mayoría de los datos hacen referencia a violencia ejercida por el hombre hacia la mujer dentro de una familia (VG)24, pero la violencia se puede dar hacia cualquier miembro de dicha familia (VD) o sin ser familia.
La violencia tras la separación se ve reflejada de muchas formas. Entre ellas, podemos destacar:
- Acoso o violencia judicial. Aquella que se ejerce a través del poder judicial.
Por ejemplo, iniciar procedimientos judiciales para pedir la custodia del hijo
o hija con el objetivo de ejercer control sobre la víctima tras la separación.25,26
- Violencia económica. Se usa como medio de control dentro del sistema
judicial.27 La persona agresora solicita la custodia completa para no pagar la pensión, alarga el proceso judicial en exceso para negociar o directamente no paga la manutención de los hijos e hijas.28 Aquellas personas que recurren a este tipo de violencia mienten sobre su situación económica, ocultan sus ingresos y cambian de trabajo para no compartir sus bienes.29 Prolongar los procedimientos judiciales supone una carga económica para las víctimas, ya que cuanto más se alarguen, mayor es el coste económico. A este respecto, se ha de puntualizar que en España, según el artículo 20 de la Ley Orgánica 1/2004 sobre la asistencia jurídica, «las víctimas de violencia de género tienen derecho a recibir asesoramiento jurídico gratuito en el momento inmediatamente previo a la interposición de la denuncia, y a la defensa y representación gratuitas por abogado y procurador en todos los procesos y procedimientos administrativos que tengan causa directa o indirecta en la violencia padecida».
- Poner en peligro a menores. Los estudios muestran que hay menores que viven en
un contexto de violencia doméstica y de género30, es decir, viven en una dinámica sujeta a la violencia entre sus progenitores y la violencia tras la separación. En estos contextos, la persona agresora ejerce el poder y control a través de los hijos e hijas, instrumentalizándolos/as para manipular a la otra persona. Esto desemboca en consecuencias negativas para la salud física y mental y la calidad de vida de la o el menor.31 Utilizar a los hijos e hijas para hacer daño a la víctima se denomina «violencia vicaria». Consulta el Módulo 1 para saber más.
- Trauma y aislamiento social. Cualquier tipo de violencia puede causar un trauma,
cuyos síntomas persisten durante muchos años tras la separación.32 En la mayoría de los casos, las víctimas presentan trastorno de estrés postraumático (TEPT), cuyos síntomas se diagnostican como problemas de salud psiquiátricos y somáticos. Esto dificulta que las víctimas reciban la asistencia y el tratamiento adecuados.33,34,35 Además, las personas que han vivido situaciones traumáticas de forma reiterada y prolongada padecen síntomas más complejos, como la desregulación emocional, la somatización, la disociación y los problemas relacionados con la atención, la memoria, la identidad y las relaciones.36 Cuando la víctima no recibe apoyo y cuando es cuestionada por las figuras profesionales, hay un riesgo de que las consecuencias negativas del trauma empeoren.37
- Difamación. En muchas ocasiones, las víctimas vuelven a ser
sujeto de malos tratos dentro de contextos sociales tras revelar su situación.38,39 Esto se conoce como victimización secundaria o revictimización: aquella que sufre la víctima cuando, a consecuencia del delito, tiene que comparecer ante las y los profesionales sanitarios, policiales o judiciales, y que supone una nueva agresión (especialmente psicológica) no deliberada pero no por ello menos dañina, en ocasiones, que la victimización primaria (la sufrida por la víctima como resultado directo del acto delictivo).40
- Acoso persistente. Hace referencia a hostigamiento, amenazas,
intimidación, persecución intrusiva, privación de la libertad, contacto
personal en contra de su voluntad, etc. de forma persistente y prolongada.41
La respuesta de la sociedad ante este tipo de violencias es de suma importancia para las víctimas42, pues la vida tras dejar una relación de maltrato es muy complicada. Hay una clara necesidad de formar a profesionales de primera línea sobre la violencia tras la separación y la violencia vicaria, haciendo hincapié en las señales, los patrones y teniendo en cuenta aspectos como la salud mental y física y la calidad de vida.
Es crucial que la sociedad tome medidas serias ante este tipo de violencia y ofrezca recursos y apoyo a las personas afectadas. Por ejemplo, acceso a centros de acogida, asesoramiento, asistencia jurídica y otros recursos que favorezcan la recuperación de autonomía y seguridad de la víctima.
Descarga la «Rueda del poder y control tras la separación» desde este enlace: https://www.theduluthmodel.org/wp-content/uploads/2017/03/Using-Children-Wheel.pdf
Factores de riesgo específicos: violencia doméstica y de género hacia personas mayores43
Factores de riesgo individuales:
- Sobrecarga a raíz de las tareas de cuidado por falta de preparación o formación.
- Manejo inadecuado del estrés.
- Dependencia económica y emocional.
- Conflictos familiares.
- Incapacidad para entablar o mantener relaciones parasociales positivas.
- Falta de apoyo social.
- Falta de recursos económicos.
Factores de riesgo específicos de reincidencia44
- Dentro de la esfera individual, hay estudios que sugieren una clara conexión entre el estatus socioeconómico de la víctima y la reincidencia.
- A nivel interpersonal, al analizar el tipo de relación entre la persona agresora y la víctima, la duración del tiempo de convivencia se muestra como un indicador de riesgo de reincidencia más preciso que el estado civil per se. Del mismo modo, el historial de agresiones físicas en la relación también es un indicador clave.
- Al estudiar las probabilidades de reincidencia en las relaciones con un contexto de violencia doméstica y de género, los y las profesionales deben tener en cuenta el historial de violencia en la relación y no centrarse únicamente en la gravedad del delito denunciado en el momento.
2. Valoración del riesgo
Los datos indican que las víctimas adultas son, en muchos casos, conscientes de los riesgos que corren. Esta es la valoración del riesgo más precisa.
Por lo tanto, para entender y valorar el riesgo se debe escuchar a la víctima primero. Mediante la escucha activa, los y las profesionales pueden identificar las señales y preguntar sobre la cuestión de la violencia. La valoración del riesgo ayuda a identificar si el riesgo es bajo, medio o alto.46
Cuando las víctimas/sobrevivientes anticipan el peligro, se debe tener en cuenta su relato. La violencia psicológica es un aspecto importante de las relaciones de maltrato: es la antesala de la violencia física y es parte del espectro de conductas típicas de violencia doméstica y de género.
Para saber más sobre las responsabilidades ligadas a la valoración del riesgo y el plan de seguridad de los equipos profesionales de primera línea (como la policía, el personal sanitario y las ONG), consulta Country Reports and Cross-National Comparison on the Risk Assessment Tools and Case Documentation used by Frontline Responders.
Definición de valoración del riesgo47
La valoración del riesgo evalúa el nivel de riesgo de la víctima. El riesgo es dinámico y puede ir cambiando. Esto quiere decir que el riesgo se debe reevaluar con periodicidad y que cualquier cambio debe tenerse en cuenta en futuras valoraciones y en la gestión del riesgo. La valoración del nivel de riesgo debería incluir tanto el nivel de riesgo, como las medidas pertinentes que se deben tomar. Asimismo, también se debe tener en cuenta cualquier información de relevancia sobre las circunstancias de la víctima y de la persona agresora. La valoración del riesgo debe ir dirigida al mantenimiento de la seguridad de las víctimas, atendiendo a factores de riesgo y sus características, existencia de menores, etc., siguiendo el Modelo Safe and Together.
Las buenas prácticas durante la valoración del riesgo de una víctima favorecen que te revele su situación. No debes cuestionar cuando la víctima hable de:
- … la violencia que ha vivido.
- … la relación.
- … cómo la situación ha afectado a los niños y niñas de la familia. Esto requiere valorar e informar del riesgo de ellos y ellas como víctimas.
- … valores, actitudes y conductas de la persona agresora.
Modelo de Juicio Profesional Estructurado (Maram Practice Guides Foundation Knowledge Guide, State of Victoria, Australia, Family Safety Victoria, febrero 2021, p. 36, disponible en inglés en https://www.vic.gov.au/maram-practice-guides-and-resources)
La valoración del riesgo es un proceso de reunión de información sobre los factores de riesgo presentes y la autopercepción de la víctima de su seguridad que sirven para calcular la probabilidad de nuevos episodios de violencia o de agresión física, como lesiones graves o el homicidio.48
Encontrarás más información sobre la valoración del riesgo en el Módulo 7.
El indicador principal de futuros riesgos o episodios de violencia es la conducta actual y pasada de la persona agresora. Es importante que se le pregunte a la víctima tanto sobre la percepción del riesgo que tiene, como sobre las precauciones de seguridad que ha tomado en el pasado y cuáles son sus deseos de ahora en adelante. En muchos casos, las víctimas reconocen cuándo están ante una situación de peligro inminente y no quieren volver al domicilio. Es imprescindible reconocer y tomar en serio las preocupaciones que expresan sobre su seguridad. Por otro lado, algunas víctimas necesitan ayuda para reconocer el riesgo. Hay una serie de preguntas específicas que se les puede hacer para determinar si es seguro que vuelvan a casa. El objetivo principal es determinar si hay una amenaza inminente para la víctima.49
Si hay un riesgo alto de amenaza inminente, transmítele tu preocupación por su seguridad y coméntale las medidas de protección para prevenir futuros daños. Puedes decirle: «Me preocupa tu seguridad. Vamos a hablar sobre qué podemos hacer para intentar evitar que sufras daños».50
Ejercicio de reflexión
(1) Enumera los factores de riesgo basados en la evidencia que identifica la profesional para la víctima.
(2) Reflexiona sobre la importancia del enfoque basado en la evidencia a la hora de valorar el riesgo.
(3) Analiza cómo la profesional aplica la perspectiva interseccional durante la entrevista. Consulta el Módulo 1 para saber más sobre el concepto de «interseccionalidad».
(4) Analiza cómo el vídeo aborda la valoración del riesgo de menores.
Descargar: Formulario de Valoración del riesgo de violencia doméstica y de género de IMPRODOVA
Riesgo inminente de suicidio y autolesiones
Algunas personas temen que hablar sobre el suicidio provoque un «efecto llamada». Sin embargo, la realidad es que abordar la cuestión puede reducir la ansiedad de la víctima y dar espacio al entendimiento. Gracias a un estudio, sabemos que existe una conexión clara entre la violencia doméstica y de género y las probabilidades de autolesión. Durante la investigación, casi un cuarto de las personas que había sufrido agresiones en el ámbito doméstico se había autolesionado.51
Es importante aportar documentación que indique el riesgo inminente de suicidio y autolesiones para dejar constancia y asegurar una buena coordinación entre profesionales.
Ejemplo: Herramienta para la Detección del Riesgo de Suicidio (asQ, por sus siglas en inglés): https://www.nimh.nih.gov/sites/default/files/documents/research/research-conducted-at-nimh/asq-toolkit-materials/asqtranslations/asq_spanish_translation.pdf
Es crucial que la víctima no esté sola, especialmente si…
- … tiene ideas o planes de suicidio o autolesiones.
- … ha tenido ideas o planes de autolesiones durante el último mes o año y ahora presenta indicios de trastornos psiquiátricos.
En estos casos, debido al peligro en el que se encuentra la víctima, se puede levantar el secreto profesional. Deriva a la víctima a un hospital psiquiátrico de inmediato y llama a una ambulancia de ser necesario.
3. Los aspectos de sexo y género en la valoración del riesgo52
Gran parte de las herramientas de valoración del riesgo no tienen en cuenta los aspectos de sexo y género. En muchos casos, los formularios no consideran a ambos sexos como posibles víctimas o únicamente usan el masculino para referirse a la persona agresora. Por lo tanto, si hay un sesgo de género, puede que no se tenga en cuenta a los hombres víctimas de violencia doméstica.
La percepción y las suposiciones sobre el sexo y el género son elementos que no se deben perder de vista durante la valoración del riesgo. Por ejemplo, la percepción de una profesional de la salud (mujer) sobre una víctima, puede verse influenciada por su sexo (femenino), su género (cómo percibe su rol como mujer) y su carácter/personalidad (mentalidad o expectativas). Esto puede afectar a cómo se comunica con otras mujeres y con hombres (hablar con voz grave, mantener el contacto visual). Esto también influye en cómo valora el riesgo, los aspectos que identifica como relevantes (quién empezó) y cómo percibe a la víctima (qué señales son más importantes para ella como, por ejemplo, la apariencia física). Asimismo, cómo la víctima (mujer u hombre) y otros/as profesionales de primera línea la perciben también influye. Por ejemplo, puede que a una víctima mujer le resulte más fácil hablar de sus vivencias con una profesional que también sea mujer.
Por otro lado, un ejemplo de sesgo por parte del personal de primera línea sería ver a la mujer como el «sexo débil». En este supuesto, el uso del lenguaje despectivo y la falta de respeto hacia su autonomía serían formas de revictimización. A causa de este tipo de acciones, las víctimas sienten que no las están tomando en serio y, como consecuencia, no revelan información importante para la valoración del riesgo. También puede darse el caso de que, a causa de la cosmovisión del personal de primera línea, no se tome en serio a los hombres víctimas de violencia doméstica. Esto puede desembocar en un aumento de la violencia si no se interviene a tiempo.
Otro supuesto puede ser que el/la profesional no pregunte al hombre si es dependiente económicamente de su mujer, pues el contexto sociocultural identifica al hombre como el «sostén de la familia» que gana más dinero que la mujer. Por lo tanto, obvian que el hombre pueda ser dependiente económicamente de su mujer y no se ve reflejado en la valoración del riesgo de la víctima.
Integrar los aspectos de sexo y género en las herramientas de valoración del riesgo es fundamental para los equipos profesionales. Asimismo, deben tener presente la ley y las directrices éticas en materia de igualdad de género y reflexionar sobre su propia conducta y criterio para reducir los sesgos que pueden afectar a la valoración del riesgo. Incluso si los aspectos de sexo y género están incluidos en los formularios, el personal profesional debe estar formado para tenerlos presente durante todo el procedimiento. Para saber más sobre los sesgos, consulta el Módulo 8.
4. Plan de seguridad
Hay varias formas de elaborar un plan de seguridad ajustado a las circunstancias personales de cada persona. Este debe atender a los factores de riesgo y adaptarse según la evolución del caso. Una víctima no puede controlar el comportamiento de maltrato de su pareja, pero sí puede llevar a cabo medidas que la protejan tanto a ella como a los/las menores a su cargo. Un plan de seguridad recoge algunos hábitos de seguridad prácticos y personalizados que puede asumir la víctima como medida de prevención ante futuras agresiones.
Muchas víctimas que han sido objeto de malos tratos temen por su seguridad. Pero otras piensan que no necesitan un plan de seguridad porque esperan que lo ocurrido no se vuelva a repetir. Tu deber es explicarle que la violencia doméstica y de género no cesa por sí sola, sino que continúa y aumenta con el tiempo con episodios cada vez más frecuentes.53
Lo primero a la hora de elaborar un plan de seguridad personalizado es la escucha activa. Empieza por escuchar y preguntar sobre lo que ha estado viviendo. Pregúntale qué medidas de precaución toma y úsalo como la base para ayudarle a pensar qué más se puede hacer para reforzar su seguridad.54
Evaluar y elaborar un plan de seguridad requiere un seguimiento, no se limita a una sola conversación. Para elaborar el plan, habla con la víctima sobre las necesidades y la situación concreta en la que se encuentra. Háblale de las opciones y los recursos a su disposición, ajustándote a medida que evoluciona el caso. Pregúntale si piensa que es seguro volver al domicilio.
Todos los planes que se elaboren deben quedar registrados dentro del sistema. Si es posible, facilítale una copia a la víctima. Pero hazle saber que hay riesgo de que la persona agresora encuentre el documento y que eso provoque un aumento de la violencia.
El Ministerio de Interior de España dispone de una serie de vídeos del Plan de Seguridad Personalizado (PSP) en su página web: https://www.interior.gob.es/opencms/es/servicios-al-ciudadano/violencia-contra-la-mujer/sistema-viogen/plan-de-seguridad-personalizado-psp/
5. Habilidades de comunicación para la valoración del riesgo
El vídeo siguiente es la continuación del anterior. Habla de los elementos a tener en cuenta para elaborar un plan de gestión del riesgo:
La valoración del riesgo con la víctima debe efectuarse en un espacio confidencial y evaluar el riesgo de peligro inminente. Para saber más sobre la comunicación con las víctimas consulta el Módulo 3.
Preguntas para valorar el riesgo inminente de violencia55,56:
- ¿Consideras que es seguro volver a tu casa?
- ¿Qué temes que ocurra?
- ¿Con qué te ha amenazado?
- Háblame de las amenazas hacia tus hijos.
- ¿Has sufrido algún episodio de violencia física en el pasado o recientemente?
- ¿Tiene armas o ha usado algún arma para hacerte daño o amenazarte a ti o a algún miembro de tu familia?
- ¿Ha intentado estrangularte?
- ¿Piensas que puede llegar a matarte?
- ¿Te ha pegado cuando estabas embarazada?
- ¿Siente celos extremos con frecuencia?
- ¿Te ha amenazado con suicidarse? (¡Riesgo de femicidio!)
Si la víctima responde «sí» a tres o más de estas preguntas, es probable que exista una amenaza inminente de violencia.
Elaborar un plan de seguridad57
Los planes de seguridad benefician incluso a las víctimas que puede que no se encuentren ante un riesgo inminente grave. Al disponer de un plan, podrán manejar mejor la situación si se da un episodio de violencia. La tabla siguiente muestra los elementos esenciales de un plan de seguridad y las preguntas que puedes formular para elaborarlo junto a la víctima.
Lugar seguro | «Si tienes que marcharte con urgencia de casa, ¿adónde irías?». |
Hijos/as | «¿Te llevarías a tus hijos/as?». |
Transporte | «¿Cómo llegarías al lugar seguro?». |
Pertenencias | «¿Tienes que llevarte documentación, llaves, dinero, ropa u otras cosas al marcharte? ¿Qué es lo esencial?». |
Dinero | «¿Tienes acceso a dinero si tienes que irte?¿Dónde lo guardas? ¿Puedes acceder a él con facilidad en caso de emergencia?». |
Red de apoyo | «¿Hay alguien del vecindario con quien puedas hablar sobre la violencia y que pueda llamar a la policía para que vengan a ayudarte si oyen sonidos propios de un ataque violento?». |
Puedes hablar con la víctima sobre sus necesidades, comentarle los recursos de apoyo a su alcance y ofrecerle ayuda. Es poco probable que se aborden todas las preocupaciones durante la primera entrevista. Haz saber a la víctima que estás disponible para seguir la conversación en otro momento.
No esperes que la víctima tome decisiones en el momento. No esperes que la víctima tome decisiones en el momento. Cada persona tiene su propio ritmo. Tomará las decisiones que estime oportunas, aunque pueda resultarte frustrante. Respétalas.
Medidas de prevención en el hogar58
Si la víctima no puede evitar las discusiones con la persona agresora, es recomendable sugerirle que tenga las conversaciones en un lugar con una salida accesible. Incide en la importancia de evitar las habitaciones y dependencias donde puedan guardarse objetos contundentes o peligrosos.
Recomienda a la víctima que localice las salidas del sitio antes de quedar con la persona agresora. Este enfoque es fundamental para evitar el riesgo de violencia hacia las víctimas y hacia los/las menores.
No pongas a la víctima en riesgo59
Mantén la entrevista con la víctima en un espacio independiente para respetar su privacidad. Evita hablar sobre la violencia si hay alguien más presente (pareja, familiares, amistades, etc.). Asegúrate de que eres la única persona en la sala. Si hay menores presentes, pide a un/a compañero/a que se encargue de su supervisión durante la entrevista.
Asegúrate de que los informes del caso están bien guardados, fuera del alcance de terceras personas. Explica a la víctima los documentos esenciales que necesita tener a mano.
Ejercicio de reflexión
(1) Enumera las estrategias de la gestión del riesgo principales y las técnicas para confeccionar un plan de seguridad que se muestran en el vídeo.
(2) Analiza cómo el vídeo enfatiza en la importancia de explicar a la víctima el proceso de gestión del riesgo teniendo en cuenta su situación.
(3) Reflexiona sobre la importancia de implicar a las víctimas en la toma de decisiones.
(4) Identifica los retos y las barreras que pueden suponer un impedimento para una gestión del riesgo y un plan de seguridad efectivos.
Piensa en tu bienestar60
Tus necesidades son tan importantes como las de la víctima. Puede que tengas reacciones y sentimientos fuertes al escuchar o al hablar sobre violencia de primera mano. Esta es unareacción normal frente a vivencias dolorosas. Sé autoconsciente de tus emociones. Si lo necesitas, busca ayuda y apoyo también. Encontrarás más información sobre el autocuidado en el Módulo 9.
6. Instrumentos de valoración del riesgo
Los instrumentos de valoración del riesgo son herramientas que ayudan al personal de primera línea a identificar el nivel de riesgo de los casos y a tomar las medidas acordes. Estas herramientas, además, identifican los comportamientos típicos de la conducta violenta.
Evaluar el riesgo de violencia doméstica y de género es una tarea fundamental para que los y las profesionales de primera línea puedan ayudar a prevenir futuros episodios de violencia más graves. Existen varios instrumentos de valoración del riesgo. Todos ellos están basados en factores de riesgo asociados a patrones típicos de la violencia doméstica y de género. Cuentan con formularios con ítems mediante los cuales se calcula el nivel de riesgo.
Para valorar el riesgo, es importante tener información sobre todos los aspectos de la situación, tanto de la persona agresora y la víctima como del historial de violencia. Por ello, es indispensable no perder de vista la coordinación interdisciplinar y la transversalidad. Es también fundamental atender el estado emocional de la víctima y el miedo que pueda sentir, pues son indicadores de riesgo altos.
Independientemente de la calidad de la herramienta de valoración del riesgo, la efectividad recae en cómo se usa y cómo se alinea con los procesos de gestión del riesgo. Sin embargo, estos instrumentos corren el riesgo de ser usados como excusa para reducir recursos y costes.
En el caso español, esta valoración se realiza en sede policial con la aplicación del protocolo de Valoración Policial del Riesgo (VPR5.0-H) a todos los casos que se denuncian con el fin de realizar una clasificación de acciones en función del nivel de riesgo, teniendo en cuenta aspectos relacionados con la historia de la violencia recibida, características del agresor y la víctima, otras víctimas relacionadas en la relación como los menores y otras circunstancias agravantes.
A continuación, encontrarás varios instrumentos que se usan en la actualidad:
Danger Assessment (DA)
La herramienta Danger Assessment ayuda a determinar el nivel de riesgo de una mujer maltratada de ser asesinada por su pareja.
La herramienta se divide en dos: un calendario y un formulario de 20 ítems. El calendario ayuda a evaluar la gravedad y la frecuencia de los episodios de violencia durante el año anterior. El calendario tiene como objetivo incrementar la autopercepción de riesgo de la víctima y evitar la banalización y negación de la violencia. El calendario ayuda además a hacer un seguimiento de todos los sucesos.61,62
El formulario presenta 20 preguntas con respuestas binarias sobre los factores de riesgo que se asocian a una mayor probabilidad de homicidio. Algunos de los factores de riesgo son: amenazas de muerte, situación laboral y acceso a armas de fuego.
La herramienta está disponible en inglés, español, francés (Canadá) y portugués (Brasil): https://www.dangerassessment.org/DATools.aspx
Esta herramienta dispone de una versión más corta, de cuatro ítems, llamada Lethality Assessment. Esta está diseñada para ser usada por agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad cuando reciben una llamada. Cuando se identifica un riesgo alto para una mujer se la deriva a un/a profesional formado para que realice la valoración desde la Danger Assessment.
Consulta el siguiente enlace para saber más sobre Lethality Assessment:
https://www.dangerassessment.org/inTheField.aspx?pageID=Law%20Enforcement
Domestic Violence Risk Appraisal Guide (DVRAG)
Domestic Violence Risk Appraisal Guide (DVRAG) dispone de los mismos ítems que la Ontario Domestic Assault Risk Assessment (ODARA), pero también incorpora el test de psicopatía (PCL-R). La DVRAG es una herramienta de enfoque actuarial con 14 factores de riesgo que analiza la probabilidad de violencia de pareja de hombres hacia mujeres.63 Además, hace una comparación con otros agresores. Estas herramientas también predicen el intervalo de tiempo y el número de reincidencia, además de la gravedad de las lesiones. El criterio de evaluación general de ODARA se aplica a cualquier ámbito. Sin embargo, la DVRAG está destinada al uso por parte de profesionales del ámbito de la medicina forense y del derecho penal, ya que disponen de acceso a información más detallada.
https://www.rma.scot/wp-content/uploads/2019/09/RATED_DVRAG_August-2019_Hyperlink-Version.pdf
DASH Risk Assessment
DASH significa, por sus siglas en inglés, «violencia doméstica, acoso y violencia por motivos de honor». Esta herramienta es el resultado del análisis de 47 homicidios por violencia doméstica y las variables de riesgo principales. El formulario de DASH se usa en varios organismos de Escocia, entre ellos, la policía. Sin embargo, no se ha implementado en todo el país. El formulario de riesgos de DASH es una herramienta uniforme y simple para profesionales que trabajan con víctimas adultas de violencia doméstica. El objetivo de la herramienta es ayudarles a identificar a las víctimas con un riesgo alto. Después, esos casos se derivan al proceso MARAC para gestionar el riesgo.
La Conferencia Multiagencial sobre Evaluación del Riesgo (MARAC, por sus siglas en inglés) es una reunión mensual en la que se determina cómo ayudar a las víctimas en riesgo de daño grave o feminicidio. En ella participan, entre otras, instituciones como la policía, los servicios sociales, profesionales de la salud y personal especializado en violencia doméstica y de género. Además, se comparte información y se habla sobre la víctima, su familia y la persona agresora. La reunión es confidencial y se trabaja para desarrollar e implementar un plan individualizado para cada víctima.
Recursos para las reuniones MARAC
Dudas frecuentes sobre el formulario DASH
Más recursos para la valoración del riesgo
BIG 26
El Programa de Intervención de Violencia Doméstica (DAIP, por sus siglas en inglés) de Duluth, Minnesota, EE.UU., ha confeccionado un formulario de 26 preguntas para valorar el peligro que supone la persona agresora. El modelo de Duluth incide en la importancia de la cooperación multidisciplinar y la respuesta comunitaria coordinada ante los malos tratos, la protección de la víctima y la responsabilidad de la persona agresora. Para saber más consulta el siguiente enlace: https://www.theduluthmodel.org/.
DyRiAS Intimate Partner
DyRiAS son las siglas de Dynamic Risk Assessment Systems («Sistemas de Valoración del Riesgo Dinámicos» en inglés). DyRiAS Intimate Partner lleva en funcionamiento en Alemania, Austria y Suiza desde enero de 2012. Este instrumento mide el riesgo de cometer actos de violencia de pareja graves. Además, cuenta con una escala que mide el riesgo de violencia física de medio a moderado. DyRiAS Intimate Partner solo registra los casos de violencia en relaciones heterosexuales en las que el agresor es un hombre. La duración de la relación actual o previa es indiferente, puede tratarse de casos de relaciones cortas y de larga duración. En total, DyRiAS Intimate Partner contiene 39 ítems.
Para saber más sobre DyRiAS Intimate Partner, haz clic en este enlace.
Sistema VioGén
El Sistema VioGén del Ministerio del Interior de España incluye, entre otras muchas funcionalidades, la posibilidad de realizar valoraciones del riesgo de violencia contra la pareja o expareja mediante dos formularios de valoración del riesgo:
- El formulario de Valoración Policial del Riesgo (VPR), instrumento de corte actuarial que ayuda a los profesionales a realizar valoraciones urgentes del riesgo con el objetivo de conocer las necesidades inmediatas de protección e informar al juzgado del riesgo asociado a la víctima.
- El formulario de Valoración Policial de la Evolución del Riesgo (VPER), destinado a realizar las valoraciones periódicas durante el seguimiento de las víctimas por los agentes especializados en su protección.
Ambas herramientas (VPR y VPER) clasifican los casos con cinco niveles de riesgo de reincidencia: no apreciado, bajo, medio, alto y extremo.
Aunque es un sistema nacional, debido a la organización territorial de España, compuesta por diferentes comunidades autónomas con competencias complementarias en materia de seguridad, existen otros sistemas informáticos de recogida de datos y seguimiento, como son el EBA (sistema de gestión compartida de expedientes por delito de violencia doméstica y violencia de género) en el País Vasco, o el SIAV (Sistema Integral de Atención a las Víctimas) en Cataluña.
El principal inconveniente de utilizar herramientas estandarizadas de valoración del riesgo es la subjetividad, ya que se basa en la interpretación de información, que puede llevar a variaciones en la valoración del riesgo entre diferentes profesionales y en distintos momentos. Sin duda, es un reto en el uso de esta herramienta la formación de los profesionales, fundamental para garantizar una aplicación correcta del sistema.
Puedes descargar una tabla comparativa con varios instrumentos de valoración del riesgo aquí:
La evolución de la violencia de género con el paso del tiempo
Primavera de 2016
La familia F. lleva viviendo con dos hijos pequeños en un piso propio desde hace poco, cuando el señor F. se quedó en paro. La señora F. es autónoma y trabaja desde casa, así que aumenta la carga de trabajo para poder seguir pagando la hipoteca. Es consciente de lo mucho que sufre su marido por la situación y hace lo que está en su mano para apoyarle.
Agosto de 2016
La situación entre la pareja F. se ha puesto muy tensa. Durante el día, cuando los niños están en la guardería, el señor F. paga su decepción y rabia por el rechazo de las solicitudes de trabajo y los problemas económicos con su mujer, criticándola y humillándola.
La señora F. sufre mucho por la situación y le propone buscar asesoramiento matrimonial. Está convencida de que todo puede mejorar. Siente que su marido ha cambiado por completo, pero cree firmemente que volverá a ser el de antes si encuentra trabajo.
Sin embargo, el señor F. reacciona de forma violenta a su sugerencia de buscar ayuda y le da un golpe en la cara. La señora F. se siente desolada, pero considera que se trata de un desliz puntual.
Octubre de 2016
Las bofetadas, las sacudidas y los golpes ocurren cada semana. La señora F. defiende las acciones de su marido y oculta la situación. Espera que mejore una vez él consiga trabajo.
Agosto de 2017
Como los pequeños están en casa durante las vacaciones de verano, la situación parece estar más calmada. Su marido va a empezar a trabajar a tiempo parcial, así que la señora F. confía en que todo mejore.
Septiembre de 2017
La señora F. se queda tranquila durante el día porque su marido está fuera de casa. Pasa cada minuto de la tarde y noche con los niños y también duerme casi siempre con ellos. Está convencida de que los pequeños tienen problemas para conciliar el sueño y dormir del tirón.
Diciembre de 2017
El señor F. vuelve a estar en situación de desempleo. Y, de un día para otro, vuelve a acusar, humillar y agredir a su mujer con frecuencia.
Un cartel en la guardería llama la atención de la señora F. En este aparece información de una línea de atención telefónica que asesora a las mujeres en situación de violencia doméstica y de género. El anuncio le resulta familiar, ha pasado por delante de él muchas veces. Pero, por primera vez, siente que puede ser su caso. Sin embargo, no considera que su situación sea lo bastante seria como para necesitar ayuda.
Febrero de 2018
Los episodios de violencia son cada vez más frecuentes. Eso hace más difícil para la señora F. explicar y ocultar su inestabilidad y desesperación, su relación y las lesiones a su familia, amistades y el entorno social de sus hijos. Se aísla más y más.
Septiembre de 2019
La familia F. está ahora aislada casi por completo: su entorno social reacciona con incomprensión ante las numerosas cancelaciones, decepcionándose e irritándose cada vez más a medida que surgían las disputas. Finalmente, su entorno se retrae con resignación. Muchas personas atribuyen la situación a la tensión económica evidente de la familia y suponen que todo volverá a ser como antes una vez se resuelva esa tensión.
La señora F. decide llamar al teléfono de atención para mujeres en situación de violencia tras un episodio de agresión física en el dormitorio por la noche. Sospecha que los niños pueden haber oído lo ocurrido. Siente alivio cuando hay una persona que le escucha y le acompaña.
Octubre de 2019
La señora F. llama a la línea de ayuda cada vez que ocurre un episodio. Finalmente, pide que la remitan a los servicios sociales y siente cada vez más presión porque se da cuenta de que sus hijos ahora también saben y entienden más de lo que a ella le gustaría. Sin embargo, dar el paso de presentar una denuncia o pedir el divorcio parece imposible para la señora F.
Gracias a otra madre del barrio, la señora F. se entera de que la policía también ofrece asesoramiento de forma anónima. Nunca ha estado en contacto con la policía, le tiene mucho respeto y no está segura de que puedan entender su situación. Sin embargo, llama finalmente a la Oficina de Denuncias y Asistencia a las Víctimas de Violencia de Género desde un número oculto. Gracias al trato calmado de la policía y la información que le facilitan, se siente más animada. Ahora es aún más consciente de lo que en realidad sabía desde hace tiempo: no hay una salida fácil y su vida familiar está demasiado alterada como para seguir esperando un cambio. Al mismo tiempo, la señora F. es consciente de que necesita apoyo para hacer frente a su marido y pedirle el divorcio.
Noviembre de 2019
La trabajadora social del Centro Mujer acompaña a la señora F. a presentar la denuncia. La policía ha sido informada de antemano sobre el caso, por lo que le asignan a una agente protectora de referencia, sensibilizada, formada y con experiencia en casos de violencia doméstica y de género. Una trabajadora social la acompaña en todo momento. Durante la entrevista, en la que la agente procede de forma muy cuidadosa y empática, la señora F. percibe que hay una relación de confianza entre el personal del centro y la agente de policía, lo que facilita que verbalice sus vivencias. La agente de policía también le pregunta acerca de su situación actual y la de sus hijos. La señora F. no sabe cómo responder y teme enfrentarse a su marido. Se le informa de sus derechos como víctima, de los procedimientos penales y de las posibilidades de protección policial. La agente de policía informa a los servicios sociales de la situación con consenso previo.
La señora F. decide llamar a su hermano desde la comisaría y le informa de la situación. Él sale del trabajo de inmediato para llevarla a ella y a los niños a su casa para que pasen la noche allí.
Una vez presentada la denuncia, la policía acude al domicilio de la familia F., donde se encuentra el señor F., para llevárselo detenido. El señor F. reacciona con sorpresa y enfado ante los agentes de policía. Se muestra indignado porque lo están sacando de su propia casa. Tras informarle de sus derechos como detenido y facilitarle información de alojamientos temporales y posibilidades de asesoramiento, acepta alejarse de su mujer e hijos sin objeciones hasta nuevo aviso.
La señora F., acompañada por la trabajadora social del Centro Mujer, aprovecha la oportunidad para solicitar una orden de prohibición de acercamiento.
Diciembre de 2019
Durante las tres semanas que dura la investigación policial, el señor F. ejerce su derecho a negarse a declarar y lo representó un abogado. La señora F. se siente preparada para hablar de la relación violenta que lleva viviendo desde hace tiempo. Durante la entrevista, la acompaña de nuevo la trabajadora del Centro Mujer. Se prescinde de escuchar el testimonio de los menores debido a su edad. Tras el levantamiento del secreto médico, se incluyen documentos médicos de la señora F. en el procedimiento, que corroboran la información facilitada por ella.
La denuncia penal deberá ser cursada y remitida al Juzgado de Violencia sobre la Mujer competente para que tome una decisión al respecto.
Un Juzgado de Familia decidirá las normas de contacto relativas a los hijos del matrimonio. Finalmente, se declara al señor F. culpable de agresiones físicas y se le ordena asistir a un programa de intervención para agresores.
Referencias
- La violencia doméstica (VD) se refiere a todos los actos de violencia física, sexual, psicológica o económica que se producen en la familia o en el hogar o entre cónyuges o parejas de hecho antiguos o actuales, independientemente que haya o no convivencia (artículo 3.b Convenio de Estambul). En España, la violencia de género (VG) hace referencia a aquella violencia que sufren las mujeres en el ámbito de la pareja/expareja, por parte de hombres, incluyendo la violencia vicaria (Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género). ↩︎
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- WHO (2014) Clinical handbook Health care for women subjected to intimate partner violence or sexual violence, Making a safety plan p. 28. ↩︎
- WHO (2014) Clinical handbook Health care for women subjected to intimate partner violence or sexual violence, Making a safety plan p. 28. ↩︎
- WHO (2014) Clinical handbook Health care for women subjected to intimate partner violence or sexual violence, Making a safety plan p. 33. ↩︎
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