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Estudio de caso
La evolución de la violencia de género con el paso del tiempo
Primavera de 2016
La familia F. lleva viviendo con dos hijos pequeños en un piso propio desde hace poco, cuando el señor F. se quedó en paro. La señora F. es autónoma y trabaja desde casa, así que aumenta la carga de trabajo para poder seguir pagando la hipoteca. Es consciente de lo mucho que sufre su marido por la situación y hace lo que está en su mano para apoyarle.
Agosto de 2016
La situación entre la pareja F. se ha puesto muy tensa. Durante el día, cuando los niños están en la guardería, el señor F. paga su decepción y rabia por el rechazo de las solicitudes de trabajo y los problemas económicos con su mujer, criticándola y humillándola.
La señora F. sufre mucho por la situación y le propone buscar asesoramiento matrimonial. Está convencida de que todo puede mejorar. Siente que su marido ha cambiado por completo, pero cree firmemente que volverá a ser el de antes si encuentra trabajo.
Sin embargo, el señor F. reacciona de forma violenta a su sugerencia de buscar ayuda y le da un golpe en la cara. La señora F. se siente desolada, pero considera que se trata de un desliz puntual.
Octubre de 2016
Las bofetadas, las sacudidas y los golpes ocurren cada semana. La señora F. defiende las acciones de su marido y oculta la situación. Espera que mejore una vez él consiga trabajo.
Agosto de 2017
Como los pequeños están en casa durante las vacaciones de verano, la situación parece estar más calmada. Su marido va a empezar a trabajar a tiempo parcial, así que la señora F. confía en que todo mejore.
Septiembre de 2017
La señora F. se queda tranquila durante el día porque su marido está fuera de casa. Pasa cada minuto de la tarde y noche con los niños y también duerme casi siempre con ellos. Está convencida de que los pequeños tienen problemas para conciliar el sueño y dormir del tirón.
Diciembre de 2017
El señor F. vuelve a estar en situación de desempleo. Y, de un día para otro, vuelve a acusar, humillar y agredir a su mujer con frecuencia.
Un cartel en la guardería llama la atención de la señora F. En este aparece información de una línea de atención telefónica que asesora a las mujeres en situación de violencia doméstica y de género. El anuncio le resulta familiar, ha pasado por delante de él muchas veces. Pero, por primera vez, siente que puede ser su caso. Sin embargo, no considera que su situación sea lo bastante seria como para necesitar ayuda.
Febrero de 2018
Los episodios de violencia son cada vez más frecuentes. Eso hace más difícil para la señora F. explicar y ocultar su inestabilidad y desesperación, su relación y las lesiones a su familia, amistades y el entorno social de sus hijos. Se aísla más y más.
Septiembre de 2019
La familia F. está ahora aislada casi por completo: su entorno social reacciona con incomprensión ante las numerosas cancelaciones, decepcionándose e irritándose cada vez más a medida que surgían las disputas. Finalmente, su entorno se retrae con resignación. Muchas personas atribuyen la situación a la tensión económica evidente de la familia y suponen que todo volverá a ser como antes una vez se resuelva esa tensión.
La señora F. decide llamar al teléfono de atención para mujeres en situación de violencia tras un episodio de agresión física en el dormitorio por la noche. Sospecha que los niños pueden haber oído lo ocurrido. Siente alivio cuando hay una persona que le escucha y le acompaña.
Octubre de 2019
La señora F. llama a la línea de ayuda cada vez que ocurre un episodio. Finalmente, pide que la remitan a los servicios sociales y siente cada vez más presión porque se da cuenta de que sus hijos ahora también saben y entienden más de lo que a ella le gustaría. Sin embargo, dar el paso de presentar una denuncia o pedir el divorcio parece imposible para la señora F.
Gracias a otra madre del barrio, la señora F. se entera de que la policía también ofrece asesoramiento de forma anónima. Nunca ha estado en contacto con la policía, le tiene mucho respeto y no está segura de que puedan entender su situación. Sin embargo, llama finalmente a la Oficina de Denuncias y Asistencia a las Víctimas de Violencia de Género desde un número oculto. Gracias al trato calmado de la policía y la información que le facilitan, se siente más animada. Ahora es aún más consciente de lo que en realidad sabía desde hace tiempo: no hay una salida fácil y su vida familiar está demasiado alterada como para seguir esperando un cambio. Al mismo tiempo, la señora F. es consciente de que necesita apoyo para hacer frente a su marido y pedirle el divorcio.
Noviembre de 2019
La trabajadora social del Centro Mujer acompaña a la señora F. a presentar la denuncia. La policía ha sido informada de antemano sobre el caso, por lo que le asignan a una agente protectora de referencia, sensibilizada, formada y con experiencia en casos de violencia doméstica y de género. Una trabajadora social la acompaña en todo momento. Durante la entrevista, en la que la agente procede de forma muy cuidadosa y empática, la señora F. percibe que hay una relación de confianza entre el personal del centro y la agente de policía, lo que facilita que verbalice sus vivencias. La agente de policía también le pregunta acerca de su situación actual y la de sus hijos. La señora F. no sabe cómo responder y teme enfrentarse a su marido. Se le informa de sus derechos como víctima, de los procedimientos penales y de las posibilidades de protección policial. La agente de policía informa a los servicios sociales de la situación con consenso previo.
La señora F. decide llamar a su hermano desde la comisaría y le informa de la situación. Él sale del trabajo de inmediato para llevarla a ella y a los niños a su casa para que pasen la noche allí.
Una vez presentada la denuncia, la policía acude al domicilio de la familia F., donde se encuentra el señor F., para llevárselo detenido. El señor F. reacciona con sorpresa y enfado ante los agentes de policía. Se muestra indignado porque lo están sacando de su propia casa. Tras informarle de sus derechos como detenido y facilitarle información de alojamientos temporales y posibilidades de asesoramiento, acepta alejarse de su mujer e hijos sin objeciones hasta nuevo aviso.
La señora F., acompañada por la trabajadora social del Centro Mujer, aprovecha la oportunidad para solicitar una orden de prohibición de acercamiento.
Diciembre de 2019
Durante las tres semanas que dura la investigación policial, el señor F. ejerce su derecho a negarse a declarar y lo representó un abogado. La señora F. se siente preparada para hablar de la relación violenta que lleva viviendo desde hace tiempo. Durante la entrevista, la acompaña de nuevo la trabajadora del Centro Mujer. Se prescinde de escuchar el testimonio de los menores debido a su edad. Tras el levantamiento del secreto médico, se incluyen documentos médicos de la señora F. en el procedimiento, que corroboran la información facilitada por ella.
La denuncia penal deberá ser cursada y remitida al Juzgado de Violencia sobre la Mujer competente para que tome una decisión al respecto.
Un Juzgado de Familia decidirá las normas de contacto relativas a los hijos del matrimonio. Finalmente, se declara al señor F. culpable de agresiones físicas y se le ordena asistir a un programa de intervención para agresores.
Buena lectura
- Istanbul Convention
- Risk assessment by police of intimate partner violence against women (presentation)
- The Influence of Victim Vulnerability and Gender on Police Officers’ Assessment of Intimate Partner Violence Risk (article)
- EIGE: Risk assessment and management
- A guide to risk assessment and risk management of intimate partner violence against women for police
- Whittington R, Hockenhull JC, McGuire J, Leitner M, Barr W, Cherry MG, et al. A systematic review of risk assessment strategies for populations at high risk of engaging in violent behaviour: update 2002–8. Health Technol Assess 2013;17(50). https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK261201/pdf/Bookshelf_NBK261201.pdf
Material de formación complementaria
Evaluación: Valoración del riesgo y plan de seguridad
Supuesto: Por qué es imperativo que la policía siga un protocolo de valoración del riesgo ante llamadas de violencia doméstica y de género